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MENSAJE
DOMINGO 02/06/2019
Por el Hno. Gabriel. -
Introducción
Continuando nuestro
breve estudio de la primera carta a Timoteo abordaremos mediante esta
meditación todo el contenido doctrinal del capítulo 5 y los dos primeros versículos
del capítulo 6 que mantienen relación directa con el tema del capítulo 5.
Contexto
No debemos perder de vista que esta carta tiene
un objetivo puntual; instruir al joven Timoteo para que corrigiese las
deficiencias que había en la Iglesia de Éfeso, y por este motivo la carta en su
mayor contenido es instructiva y exhortativa, los capítulos anteriores
mostraron instrucciones específicas respecto de los requerimientos para los
ministros, mandamientos concretos para no desviarse de la fe, exhortaciones
apremiantes a la constante oración y serias advertencias contra los falsos
maestros, y todo esto con el fin de poner en orden y administrar de manera
correcta la Casa de Dios que es la Iglesia columna y baluarte de la verdad (1°Ti 3:15). De
alguna manera toda esta carta es como una gran receta de los medicamentos
necesarios para la buena salud de la Iglesia, por un lado, la
prescripción de lo que hace falta en la Iglesia y por otro lado las
indicaciones de cómo llevarlo a cabo. De hecho, el capítulo 5 contiene un
conjunto de indicaciones de cómo poner por obra las exhortaciones descriptas en
los capítulos anteriores (por un lado, la
receta de los medicamentos necesarios y por otro lado las indicaciones de cómo
administrarlos).
Un resumen de lo que hasta aquí
estaba mal en la Iglesia de Éfeso es que; algunos se habían desviado de la verdad y
estaban viviendo una fe fingida (un
cristianismo hipócrita), también habían dejado de orar y probablemente se
habían vuelto una Iglesia apagada e indiferente, otros habían naufragado en la
fe anegados en el mar del engaño, las mujeres procuraban ejercer las funciones
que solo les compete a los hombres y por otro lado los hombres que aspiraban al
servicio no estaban aptos ni calificados para ejecutarlo, eran una Iglesia
vulnerable a las falsas enseñanzas y a las doctrinas de demonio, de hecho Pablo
les advierte que algunos apostarían de la fe por causa de esto, también algunas
viudas no eran bien atendidas en sus necesidades básicas y por otro lado las viudas
más jóvenes se estaban entregando a los placeres carnales.
Pues bien, Timoteo debía afrontar
todos estos errores y confrontar a quienes los promovían, porque de lo contrario
esa mala levadura se esparciría hacia toda la Iglesia y envenenaría y
corrompería a todos (1°Co 5:6-7).
1°Timoteo
4:11 Esto manda y enseña. 12 Ninguno desprecie [tenga en poco] tu
juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor,
espíritu, fe y pureza. 13 Entre
tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la
enseñanza.
Indicaciones
de cómo confrontar asuntos en la Iglesia
A Tito quien estaba con la misma función en la
Iglesia que estaba en Creta se le encargó lo mismo, pero con palabras mucho más
directas; Tito
2:15 Esto habla, y exhorta y reprende
con toda autoridad. Nadie te menosprecie… Pablo ya había descripto todas
las falencias que debían corregirse en la Iglesia de Éfeso y ahora Timoteo debía
confrontar estos errores con toda autoridad y valentía, lo que contiene el
capítulo 5 es el modo o manera de cómo llevarlo a cabo:
1°Timoteo
5:1 No reprendas al anciano, sino exhórtale como a
padre a los más
jóvenes, como a hermanos 2 a las
ancianas, como a madres a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza.
Es obvio que la idea principal que
se tienen en cuenta al momento de afrontar y confrontar un problema es
restaurar la Iglesia y no desatar una guerra interna, Pablo encuentra la
necesidad de orientar a Timoteo en este asunto para que lo haga de la manera
apropiada. A veces tenemos la idea equivocada que autoridad tiene que ver con
imposición arbitraria y trato exasperante —¡aquí
se hace lo que yo digo y punto porque yo soy el pastor! — sin embargo, lo
que se debe tener en cuenta es que “afrontar
y confrontar” no solo se trata de exponer y señalar lo que está mal sino
también tener la capacidad de poder restaurar.
Gálatas
6:1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, ustedes
que son espirituales, restáurenle
con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú
también seas tentado. 2 Sobrelleven
los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo.
2°Timoteo
2:24 Porque el siervo
del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto
para enseñar, sufrido 25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si
quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,
Hay una gran diferencia entre reprender y
exhortar, porque “reprender” conlleva
una un trato verbal áspero y violento, mientras que “exhortar” tiene la idea de un trato más pacífico con el fin de llamar
al arrepentimiento, restaurar, consolar y animar al hermano. Entonces, la idea al momento de corregir un asunto no es “caerles
con un hacha al hermano y desecharlo sino antes buscar su restauración”,
pero ¡cuidado! Cuando hablamos de un trato más pacífico para nada estamos diciendo
que se debe tolerar el pecado en la Iglesia ¡NO! ya que aquel que desea
permanecer en el error de su pecado debe ser expulsado de la congregación tal
como el Señor Jesús mismo lo expresó en Mateo 18:15-17 (aquel que no hace
caso de las exhortaciones de los hermanos y de la Iglesia debe ser tenido por
incrédulo), el caso de la exhortación busca primeramente el
arrepentimiento del que está en error, pero si tales personas no demuestran
arrepentimiento entonces ya no deben formar parte de la asamblea (1°Co 5:11).
Timoteo debía confrontar toda clase de personas,
entre hombres y mujeres y entre jóvenes y ancianos, y por supuesto que no es lo
mismo hablar con un joven que hablar con un anciano, existe un parámetro para
esto y es el que justamente Pablo le recomienda en este capítulo: al momento de
exhortar a un anciano o anciana (y aquí estamos hablando de hermanos y hermanas de edad
avanzada), se los debe tratar con
respeto y honra, como si fueran nuestros propios padres, Dios mismo instruyo a
su pueblo que las
canas de una persona son dignas de honra (Lv
19:32), como también mando a todos los hijos que “honren a su
padre y a su madre”, por lo tanto el trato hacia tales hermanos
deben ser con respeto y honra y nunca humillante y despectivo. A los “jóvenes y
doncellas” se los debe tratar como a hermanos, aunque estos son tercos y
obstinados no debemos aborrecerlos, sino tratarlos con paciencia y amor
buscando razonar con ellos a fin de apartarlos de su error. Todo esto nos
muestra que la Iglesia debe comportarse como una verdadera familia en lo que al
trato y honra respecta.
Deberes
sociales hacia las viudas
3 Honra
a las viudas que en verdad lo son. 4 Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos
primero a ser piadosos para con su propia familia, y a
recompensar a sus padres porque esto es lo bueno y agradable delante de
Dios. 5 Mas la que en verdad es viuda y ha
quedado sola, espera en Dios, y es diligente en súplicas y oraciones noche y día. 6 Pero la que se entrega a los
placeres, viviendo está muerta. 7
Manda también estas cosas, para que sean irreprensibles 8 porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente «para los
de su casa,» ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
Nuestros deberes sociales y humanitarios como
Iglesia no están regidos por nuestra cultura moderna sino por las escrituras. El cómo debemos comportarnos socialmente como comunidad
cristiana está determinado por Dios aún desde el Antiguo Testamento.
Tenemos que saber y entender que la Iglesia es una nación aparte en este mundo (1°Pe 2:9), por lo tanto, nuestro patrón
de comportamiento social no está determinación por la cultura modera sino por
el régimen de Dios. Actualmente vivimos en una
sociedad indiferente y apática y a la misma vez ingrata, en donde los
padres abandonan a sus hijos y no se hacen cargo de ellos y al final los hijos
abandonas a sus padres ancianos encerrándolos en un geriátrico, y aun el
cristiano de hoy tristemente está regido por esta mala conducta, sin embargo,
Pablo presenta aquí el correcto deber social de todo cristiano respecto de las
viudas.
El Salmo 38:5
declara que Dios
es defensor de las viudas y en Éxodo 22:22-24 se menciona la advertencia de
no afligir a ninguna viuda porque Dios mismo ejecutara su venganza, es
obvio que en los planes eternos de Dios está contemplado el cuidado de sus viudas.
Si Dios mismo manifiesta su interés y cuidado de las viudas cuando más nosotros
no deberíamos prestar atención a este deber social.
Entonces, la Iglesia carga con el deber de cuidar
y sostener a las viudas, pero a las viudas que en
verdad lo son ¿? y esto tiene que ver con ciertos parámetros internos
que regulaban este deber para la Iglesia, porque el
cuidado estaba establecido para aquellas viudas que no solo habían perdido a su
esposo, sino que a la vez estaban completamente solas y sin familiares y parientes
que pudieran ayudarla, y cuya condición económica les impedía sostenerse por sí
mismas, o sea, aquellas que no tenían capacidad ni medios propios para
subsistir ni tampoco parientes que las ayuden en su sostenimiento económico.
Entonces, a fin de que la Iglesia no sea agravada económicamente se establecieron
parámetros para determinar cuáles serían las viudas que quedarían bajo el
cuidado y sostén de la Iglesia;
* Viudas con hijos o nietos NO, porque en tal
caso quienes deben asumir el deber de su sostenimiento y cuidado es la propia familia.
La honra hacia los padres no está condicionada a un determinado tiempo o límite
de edad, sino durante toda la vida. Jesús mismo les
recrimino a los judíos que ellos habían quebrantado este mandamiento de honrar a los padres al negarse a
ayudarlos económicamente en sus necesidades (Mr
7:10-13), habían inventado una tradición en donde bastaba que los
hijos dijeran es “Corbán todo dinero con
el que pueda ayudarte” y de ese modo se desligaban de su compromiso delante
de Dios, sin embargo Jesús igualo el hecho de ayudar económicamente a los
padres con el deber de honrarlos como Dios manda, o
sea, honrar a los padres no es solo una cuestión de respeto y buen trato sino
de atención y servicio. Esto implica que en todo cristiano existe el
deber de recompensar a los padres, esa idea de desentenderse de ellos
encerrándolos en un geriátrico no proviene de la biblia, sino de una sociedad
indiferente e ingrata hacia sus propios padres. La verdadera piedad comienza
desde la propia familia; si alguno no provee para
los suyos, y mayormente «para los de su casa,» ha negado la fe (ha hecho nula su fe, su amor al prójimo),
y es peor que un incrédulo… Honrarlos verdaderamente es devolver (y en grado mínimo) todo aquello que
ellos nos brindaron; nos vistieron, nos alimentaron, nos dieron un hogar, nos
sustentaron, nos amaron y nos cuidaron.
* Viudas sin familia y sin parientes que no pueden
sustentarse económicamente SI, pero siempre y cuando sean viudas creyentes y
con verdadera devoción a Dios, que están dedicadas a la oración y esperan no en
los hombres sino en Dios, o sea, viudas que no tienen una postura de exigencia hacia
la Iglesia sino de dignidad lo cual hace que la Iglesia desee sostenerla sin
que sea una carga sino un honor.
* Viudas sin familia y sin parientes que puedan
sustentarla económicamente pero que son liberales y carnales NO, porque en tal
caso la Iglesia estaría fomentando el pecado…
Requisitos
para la manutención y servicio de las viudas
A fin de ser aún más explícito Pablo aclara: 9 Sea puesta en
la lista sólo la viuda no menor de
sesenta años, «que haya sido» esposa de un solo esposo, 10 que tenga testimonio de buenas obras si ha criado hijos si ha
practicado la hospitalidad si ha lavado los pies de los santos si ha socorrido
a los afligidos si ha practicado toda buena obra. 11 Pero viudas más jóvenes no admitas porque cuando, impulsadas por
sus deseos, se rebelan contra Cristo, quieren casarse, 12 incurriendo así en condenación, por haber quebrantado su primera
fe. 13 Y también aprenden a ser
ociosas, andando de casa en casa y no solamente ociosas, sino también chismosas
y entremetidas, hablando lo que no debieran. 14 Quiero, por lo tanto, que las viudas jóvenes se casen, críen
hijos, gobiernen su casa que no den al adversario ninguna ocasión de
maledicencia. 15 Porque ya algunas
se han apartado detrás [en pos] de Satanás. 16 Si algún creyente o alguna creyente tiene viudas, que las
mantenga, y no sea gravada la iglesia, a fin de que haya lo suficiente para las
que en verdad son viudas.
De acuerdo a estos parámetros sostener a las
verdaderas viudas jamás será una carga para la Iglesia sino una bendición y un
gran honor por causa de su constancia en la oración y servicio piadoso y
sincero hacia los santos, su sabiduría y experiencia serán un tesoro invaluable
para las mujeres más jóvenes. Esto hace que la
viudez jamás sea vista como una cuestión de lastima o como una obligación
social sino como una retribución para aquellas ancianas viudas que han servido
fielmente en la Iglesia, en tal caso también el sostenimiento y
manutención sería un honor para ellas por causa de la dignidad y recompensa del
servicio. Por esta razón se presenta esta lista no
solo como filtro para determinar quiénes serían sostenidas sino también como un
requisito para dignificar el servicio de las viudas en la Iglesia.
* Primeramente, se marca un parámetro de edad, de
60 años en adelante.
* Luego que haya sido esposa de un solo esposo (se refiere al testimonio de su fidelidad al
esposo).
* Que además cuente con la experiencia de haber criado
hijos, y en caso de que no haya podido tener sus propios hijos por medio de la
adopción de huérfanos también se practica la crianza de hijos.
* Que también sea hospitalaria, y esto tiene que
ver con el carácter hospedador ya que en ese tiempo solo existían las posadas
para los extranjeros, pero eran muy peligrosas e insalubres, por lo cual los
cristianos forasteros generalmente eran hospedados en las casas de otros
cristianos (incluso cuando eran
desconocidos), y eran atendidos.
* Que haya lavado pies; y esto tiene que ver con
el carácter humilde y servicial de una mujer piadosa en favor de los cristianos
forasteros que eran hospedados en casas, los cuales eran atendidos y se les
lavaba los pies, ya que por causa de los viajes a pie estos terminaban agrietados
y lastimados
* Y también se esperaba de las viudas que hayan
socorrido o ayudado a todos aquellos cristianos que por alguna razón hayan
estado afligidos o atribulados.
Pues bien, mujeres así son dignas de ser ayudadas
y sostenidas por la Iglesia, en cierto modo solo
estarían recolectando lo que sembraron, vivieron una vida piadosa y fiel al
Señor por lo cual son retribuidas en su viudez. Pero aquellas viudas que
no cuadran con este parámetro descripto no deben ser incluidas en la lista,
antes a las viudas jóvenes se les manda que se casen,
porque son muy inconstantes, como también los hombres, al principio quizás
hacen declaración pública de que ya no se casaran más y servirán al Señor y por
lo tanto la Iglesia las ayuda y sostiene, pero pasado un tiempo rompen su
propio voto y desean casarse, pero el problema aquí no es solo el deseo de
casarse, quizás el conflicto de las viudas jóvenes de Éfeso es que se querían
casar con hombres incrédulos, por esta razón Pablo menciona que incurren en
condenación quebrantando su primera fe (v12) y también dice claramente el verso 15 que algunas viudas jóvenes ya se habían
apartado en pos de satanás. Por otro lado, otra razón por la cual no
era conveniente sostener a las viudas jóvenes es que finalmente no generaban
ningún beneficio para la Iglesia sino por el contrario, terminan siendo un
perjuicio para los hermanos, porque se convertían en mujeres holgazanas y
ociosas que andaban de casa en casa dando lugar al chisme y a las falsas
acusaciones. O sea, en vez de contribuir al bien de la Iglesia se convertían en
los agentes de su propia destrucción, porque el chismoso aparta a los mejores
amigos dice el proverbio (Pr 16:28).
Entonces, para evitar todo esto es mejor que las viudas
jóvenes se casen, pero en el Señor, con un creyente y vuelva a mantener su
función de esposa, que críen hijos porque esta es una honorable labor dada del
cielo, tristemente hoy hay matrimonios cristianos que
ven a los hijos como un estorbo o como un obstáculo para su ministerio, sin
embargo, el servicio en la Iglesia está determinado por cómo han servido en su
propia familia y a sus propios hijos.
El Trato hacia
los ancianos ministros
17 Los
ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente
los que trabajan en predicar y enseñar. 18 Puesto que la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que
trilla y: Digno es el obrero de su salario. 19 Contra un anciano no admitas acusación sino con dos
o tres testigos. 20 A los que
persisten en pecar, repréndelos [corrígelos, amonéstalos] delante de todos,
para que los demás también teman [respeten, tengan reverencia]. 21 Te encarezco delante de Dios y del
Señor Jesús, el Cristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin
prejuicios, no haciendo nada con parcialidad. 22 No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en
pecados ajenos. Consérvate puro. 23
Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus
frecuentes enfermedades. 24 Los
pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, más
a otros se les descubren después. 25
Asimismo se hacen manifiestas las buenas obras y las que son de otra manera, no
pueden permanecer ocultas.
La última sección de este capítulo se refiere al
trato que se espera de la Iglesia hacia los ministros, y de los ministros hacia
la Iglesia; Los
ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente
los que trabajan en predicar y enseñar… y aquí el “honor o doble
honor es primeramente condicional”, o sea; “los
ancianos que gobiernan bien” “son dignos de doble honor”, y “honor” tiene que ver con respeto y
dignidad y también con valor, de hecho, de la palabra honor deriva la palabra honorario
que tiene que ver con el valor o precio de un servicio, y es que una cosa es
consecuencia de otra, un ministro que sirve fielmente a su Iglesia debe ser
cuidado por los hermanos que son servidos:
1°Tesalonisenses
5:12 les rogamos, hermanos, que reconozcan a los que trabajan entre
ustedes, y les presiden en el Señor, y les amonestan 13 y que los
tengan «en mucha estima» y amor por causa de su obra. Tengan
paz entre ustedes.
Hebreos
13:17 Obedezcan a sus pastores, y sujétense a ellos porque ellos velan por sus [de ustedes] almas, como
quienes han de dar cuenta para que lo hagan con alegría, y no
quejándose, porque esto no les es provechoso.
Que
gobiernan bien…
¿Qué puede significar esta expresión? Significa los que presiden, dirigen y
sirven bien a la congregación, o sea, no solo basta con simplemente cumplir con
un servicio ministerial trazado en un organigrama, sino
que se espera que lo hagan bien, y ¿Qué
significa esto? Pues bien, aunque la parte visual de un ministerio de
enseñanza y predicación generalmente es solo un par de horas entre el culto y un
taller de enseñanza semanal, detrás de esta parte vistosa, para los que
ejecutan bien el servicio existe un arduo trabajo y fatiga al punto del
agotamiento a fin de servir bien en el ministerio. No sé porque razón algunos
cristianos piensas que servir en la Iglesia es un trabajo de pasatiempo que no
genera ningún desgaste, en más de una ocasión me preguntaron —¿Y Ud. Hno. Gabriel no trabaja? — como
dando a entender que servir en la Iglesia no califica como un trabajo digno de
salario, como si esto fuera un hobby o un lindo pasatiempo que no requiere
mucho desgaste y preparación, y la verdad que no tienen idea de lo que implica
servir en la Iglesia, y que fuera de esta hora de predicación hay 20 horas
invertidas en desgaste físico, mental, emocional e incluso económico para
trillar un pasaje bíblico y extraer el grano desnudo a fin de servirlo a la
congregación aun con el peso en nuestros hombros de que daremos cuenta de esta
labor y de cada palabra que exponemos delante de ustedes… No se hagan maestros muchos de ustedes
sabiendo que recibiremos mayor condenación (Stg
3:1). No sé si exista un trabajo más agotador que ser ministro en
una Iglesia de Cristo (se los digo
honestamente). Detrás del telón existe un trabajo agotador que nadie lo ve
excepto Cristo, y eso es lo que verdaderamente importa. Recuerdo cuando a
nuestro hermano Santiago se le paralizo la mitad de su cara por causa del
agotamiento físico en su entrega a la edición de todo el material literario que
hoy por hoy disponemos como Iglesia ¿o cómo piensan que obtuvimos las cartillas
doctrinales, los diccionarios y concordancias idiomáticas, el nuevo testamento
interlineal y todos sus módulos electrónicos? Fueron horas y horas invertidas,
incluso noches de desvelo por causa de esta noble labor. Pues bien hermanos, en
estas circunstancias el doble honor no es un regalo o una atención a los
ministros sino su merecido pago.
Dignos
de doble honor…
Aquí la honra no solo está determinada por una cuestión de cortesía y respeto,
sino por el cuidado en todos los sentidos de un buen ministro. Pablo les
escribe a los corintios: 1°Corintios 9:7
¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come
de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño? 8 ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice
esto también la ley? 9 Porque en la
ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios
cuidado de los bueyes, 10 o lo dice
enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió porque con esperanza
debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto. 11 Si nosotros sembramos entre ustedes
lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de ustedes lo material?... 14 Así también ordenó el Señor a los
que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. 15 Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito
esto para que se haga así conmigo porque prefiero morir, antes que nadie
desvanezca esta mi gloria.
Así como era muy cruel amordazar a un animal para
que no coma de los granos que él mismo estaba trillando, del mismo modo es
cruel no cuidar de un ministro que está trillando la palabra de Dios para que todos
puedan comer el buen alimento. Esto demuestra que un salario o cuidado
económico de un ministro no es un premio, sino su merecido honor.
Parte de ese doble honor también tiene que ver
con mantener y cuidar la integridad de los ministros, por esta razón Pablo le
escribe a Timoteo que no admita acusación infundada contra un anciano, o sea, cuando
surge un asunto contra un ministro tal acusación no debe estar basada en una
suposición de un hecho, sino deben existir pruebas y testigos para que se
proceda. ¡Cuidado! Esto no significa que los ancianos gozan de total impunidad
en la Iglesia ¡NO!, si se comprueban que son culpables de lo que se les acusa deben
ser auditados y exhortados públicamente, ya que al ser figura públicas están
expuestos; (v20) A los que
persisten en pecar, repréndelos [corrígelos, amonéstalos] delante de todos… La
Iglesia debe decidir si protege la reputación de un hombre o la reputación de
Dios. Dependiendo de la gravedad de su pecado se determinará su continuidad en
el ministerio.
Te
encarezco delante de Dios y del Señor Jesús, el Cristo, y de sus ángeles
escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con
parcialidad
De ninguna manera debe haber preferencias y parcialismo en la Iglesia, por un lado,
se exhorta a que los ministros que trabajan bien sean tenidos por dignos de
doble honor, y por otro lado se exhorta a no tratar con impunidad a ningún
ministro que esté en pecado y error.
Finalmente, el mandato de “no imponer con ligereza las manos”
puede estar referido a la precaución al momento de la designación de ancianos,
en este contexto, ya se dieron los requisitos puntuales a tener en cuenta como
también las advertencias necesarias, ahora la designación y ordenamiento de los
mismos no debe hacerse a la ligera. Esto implica que antes de ordenar a alguien
para el ministerio se debe averiguar bien que no esté en nada raro ni en
pecados ocultos, se debe hacer una evaluación de los mismos: Los pecados de
algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, más a otros
se les descubren después… esto debía hacerse con mucha prudencia e
imparcialidad.
Como dato adicional, Timoteo mantenía una
estricta dieta en su vida, quizás como herencia cultural y le resultaba saludable
(abstinencia total de vino y ciertos
alimentos), pero el agua de ese tiempo no era muy buena, por lo que le
estaba haciendo mal, a lo que se le aconseja no que se emborrache, sino que use
el vino como un digestivo, los cristianos débiles de hoy se asientan en
este pasaje para justificar su
borrachera…
1°Timoteo
6:1 Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus
amos por dignos de todo honor, para que no sea injuriado [calumniado,
blasfemado] el nombre de Dios y la doctrina. 2 Y los que tienen amos creyentes, no los desprecien [tengan en menos]
por ser hermanos, sino sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los
que se benefician de su buen servicio. Esto enseña y exhorta.
Este pasaje es en cierto modo la continuación del
capítulo 5, porque es el final de todo este conjunto de indicaciones de Pablo a
Timoteo de como ordenar y proceder con las deficiencias de la Iglesia en Éfeso,
sin embargo, nosotros ya hemos abordado este tema en meditaciones anteriores
que se refieren exactamente a lo mismo: “Código
y Ética de conducta Laboral” (estudio de la carta a los Efesios), así que a
fin de no redundar aquí les dejo el link de dichas predicaciones que explican
de forma detenida lo que engloban estos versículos y su aplicación práctica
para la Iglesia de hoy: http://www.iglesiabiblica.com.ar/2018/09/12-codigo-y-etica-de-conducta-laboral.html
Gracia y paz del Señor Jesús el Cristo. –